miércoles, 19 de mayo de 2010

En este instante

¿Que fibra tocas en este instante?
Algo me paraliza y no puedo siquiera abrazarte.
Tenés acceso ilimitado a mi ser mas profundo.
¿Estamos manteniendo un delgado equilibrio
para no caer en un abismo sin final?

Había olvidado el movimiento errático
de esos ojos profundos y mágicos.
Abro mis barreras, dejo que se me erice la piel
algo trata de salir por mis poros,
hay temor, y cierto pudor.

Me atrapa la manera en que me dejas fuera de control;
un antídoto para mi complejo de superman.
Con vos no puedo.
Me vuelvo débil, no sé lo que digo
Ni lo que quiero decir.

Aun te lloro, a segundos de tu partida
El sabor de lo imposible
Que es dulce y amargo, y picante
Y huele a vos
A tu imagen alejándose sin querer del todo,
a mis manos atadas por el lazo invisible del criterio
a mi boca enmudecida por el sentido común.

Tus palabras son una dulce daga
que me abre el pecho
y me pierdo entre el deseo y el llanto.
Un día quizás no pueda solo dejarte ir.


miércoles, 12 de mayo de 2010

Apareces

Apareces una y otra vez
cuando mas te necesito.
Volvés a salvarme,
a atraparme a punto de caer.
Me intuís, te pienso.
Me das esa sonrisa cuando no la tengo,
te doy esas lagrimas, porque no te tengo.
Esa manera de estar, lejos, pero dentro mío;
marcando ese abismo que nos separa de todo lo demás.
Dirás que exagero, no me creerás.
Y entiendo que no puedas creerme,
porque sé que no podés hacer nada con todo esto.
Pero existe y brota, palpita y emerge.
Lo voy derramando donde puedo,
porque no estas a mi alcance.
Todo se desintegra, pero estás en mi memoria.
En las noches del huracán
todo se arremolina y me devuelve a tus brazos...

domingo, 9 de mayo de 2010

Hoy quiero el silencio

Hoy quiero el silencio,
escuchar tu ausencia hecha carne
quiero enterarme que no estás
recordar que estuviste.
Te fuiste a tiempo
antes de que nuestras propias miserias
rompieran los espejos donde vimos la pureza.
Me estoy quedando sin aire;
la noche tiene el mismo olor que el día
mis sabanas no te nombran
no hay en mi cuerpo ningún rastro, ninguna herida que lamerme.
En tu despedida dejaste un hilo muy delgado
que me une a ese lugar donde las palabras se inventan y multiplican para decirte
para buscarte, para honrarte…
No me asusta este vacío
dejo que me envuelva, que me hunda
dejo que me apriete el pecho, la garganta
dejo que me haga lo que vos me hacías
dejarme sentir ese lugar entre la pura vida y la pura muerte,
entre la totalidad y el abismo.
Un lugar sin tiempo.