jueves, 11 de noviembre de 2010

Miro


Miro

Puedo atravesar la ciudad con mis ojos.

Llego justo cuando suspirás.

Y te preguntas que hacer con tanto dolor.

Te internas en ese laberinto de cosas ajenas, viejas y polvorientas y no te das permiso más que el alcohol y las pastillas recetadas.

No te das permiso para dejarlo todo atras y olvidas tus ojos y tu sonrisa y nos negas tu placer, tu caricia.

Solo pequeños despertares, imperceptibles señales de una luz que intenta abrazarte.

20/2/10

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