lunes, 23 de mayo de 2011

Breve prescripción para tu barro


                                                                         A Carolina Campos

Miedo a envilecerte
en los vacíos de las pretendidas presencias.
No busques excusas,
que disculpen posteriores desengaños.
Tu forma de existir, alucinógena, desmedida;
te arrastra por un túnel agónico
a orillas de la vida.
No busques garantías ni reaseguros,
dejate doler por las ausencias y las respuestas huecas.
En alguna grieta del abismo azul
todos encontramos el primer signo de la gran puerta.
Entregate al olvido
si crees que es necesario,
tal vez en  un gesto amante
encuentres un tramo de verdad.
No abuses de la ambigüedad protectora
de la oscuridad y el desencuentro.
Si desgarra tu carne, la realidad,
por las hendiduras, saldrá para escribir
la lengua de tu alma.
No le temas al silencio;
solo allí se escucha un latido.
¿Quien puede condenarte; si lo tenés todo, pero roto?
¿Quien puede culparte, si tus ilimitados deseos
solo persiguen un instante de paz?

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