Desperté
en un jardín
lleno
de piedras con nombre.
Cada
peñasco labrado
festejaba
rondas de flores.
Y
busque mi nombre en las piedras,
pero no
estaba.
Un
ángel transparente
rozo mi
cabeza con sus alas;
y
entonces comprendí,
que aun
no había una piedra para mí.
Y QUE TAL SI HAY UNA PIEDRA PARA VOS Y CON TU NOMBRE PERO TODAVIA NO LA HAS PODIDO VER?
ResponderEliminar